
15 de abril de 2025
La Gran Barrera de Coral, uno de los ecosistemas más biodiversos y emblemáticos del mundo, atraviesa una de las crisis más graves de su historia. El calentamiento global ha provocado un blanqueamiento masivo de corales, dejando bajo el agua un paisaje cada vez más descolorido y silencioso. Detrás de esta pérdida hay mucho más que un problema estético: es el colapso de un sistema vital para el equilibrio del océano y para millones de personas.
Los últimos registros científicos muestran un deterioro sin precedentes:
Una mortalidad alarmante: en 2024, el 92 % de los corales blanqueados no logró sobrevivir, lo que refleja el impacto directo de las olas de calor marinas.
Más de 1.400 arrecifes afectados solo en Australia: las altas temperaturas del agua obligan a los corales a expulsar las algas simbióticas (zooxantelas) que les proporcionan nutrientes y color. Sin ellas, los corales enferman y mueren.
Un efecto en cadena: la desaparición de los corales compromete al 25 % de la vida marina, que depende de ellos para alimentarse, protegerse y reproducirse.
Perder los corales significa perder defensas naturales y recursos esenciales:
Actúan como barreras frente a tormentas y huracanes, protegiendo las costas de la erosión.
Son fuente de alimento y sustento económico para millones de personas en comunidades costeras.
Mantienen el equilibrio químico del océano y favorecen la captura natural de carbono.
Conservar la Gran Barrera y otros arrecifes del mundo requiere combinar reducción de emisiones, restauración ecológica y gestión marina sostenible. Las soluciones pasan por:
Frenar el calentamiento global con políticas climáticas ambiciosas.
Proteger las áreas marinas y restringir actividades extractivas.
Invertir en investigación y programas de restauración coralina basados en ciencia y resiliencia.
En New Value creemos que la acción climática también empieza bajo el agua. Defender los corales es defender la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el futuro de nuestro planeta. Porque sin arrecifes vivos, los océanos —y nuestra propia vida— se apagan.