
11 de septiembre de 2025
Bajo la superficie del mar se esconde uno de los ecosistemas más valiosos y a la vez más frágiles del planeta: las praderas de posidonia oceánica. Esta planta marina, invisible desde la orilla, cumple un papel esencial en la salud del Mediterráneo. El proyecto “La Gran Pradera” está demostrando que es posible reforestar el mar y regenerar sus funciones ecológicas mediante ciencia, colaboración y compromiso ambiental.
El proyecto ya ha logrado hitos significativos que lo convierten en un referente mundial en restauración marina:
Más de 15.500 brotes de posidonia plantados en Ibiza y Formentera en un solo año, con técnicas de cultivo y trasplante respetuosas con el entorno.
Refugios de biodiversidad: las praderas sirven de hábitat y alimento a miles de especies de peces, moluscos y crustáceos, reforzando la cadena trófica marina.
Pulmones azules: la posidonia genera grandes cantidades de oxígeno y almacena CO₂ a largo plazo, siendo clave en la mitigación del cambio climático.
Barreras naturales: al reducir la energía de las olas, protege las costas de la erosión y amortigua los efectos de tormentas e inundaciones cada vez más frecuentes.
El objetivo de “La Gran Pradera” es alcanzar 45.000 plantas restauradas en tres años, una cifra que podría significar la recuperación de zonas degradadas y la mejora de los servicios ecosistémicos marinos. Esta iniciativa demuestra que la restauración no es una utopía, sino una solución tangible basada en la naturaleza.
Las praderas de posidonia son aliadas silenciosas en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Su preservación requiere inversión, investigación y una gestión costera más sostenible.
En New Value creemos que no hay vida posible sin océanos sanos. Restaurar el mar es restaurar nuestro propio equilibrio, porque cada brote de posidonia plantado es una promesa de futuro para el Mediterráneo y para el planeta entero.