La lucha contra la desertificación y la degradación de los suelos se ha convertido en uno de los mayores retos para la sostenibilidad global. Más de 1.660 millones de hectáreas en el mundo están afectadas, comprometiendo ecosistemas, seguridad alimentaria y medios de vida. La pérdida de fertilidad y biodiversidad en la tierra no solo amenaza la producción agrícola, sino también la capacidad del planeta para absorber carbono y sostener el equilibrio climático.

Soluciones al alcance: restaurar desde la raíz

La recuperación de tierras degradadas exige acciones coordinadas, sostenibles y adaptadas a cada entorno. Entre las estrategias más efectivas se encuentran:

1. Plantar vegetación nativa: la reforestación con especies autóctonas restaura el equilibrio ecológico del suelo, mejora su estructura, frena la erosión y contribuye a fijar carbono atmosférico.

2. Aplicar compost y materia orgánica: incrementar la materia orgánica devuelve nutrientes esenciales, mejora la retención de humedad y protege el agua subterránea frente a la contaminación.

3. Impulsar la agricultura sostenible: sistemas como la rotación de cultivos, la agroforestería y las prácticas regenerativas mantienen la productividad sin agotar los recursos naturales, previniendo nuevas pérdidas de suelo fértil.

Los beneficios de regenerar la tierra

Recuperar los suelos degradados no es solo una tarea ambiental, sino una inversión en resiliencia y bienestar colectivo. Los suelos sanos:

• Aumentan la producción de alimentos de forma sostenible.

• Fortalecen la seguridad hídrica, al mejorar la infiltración y el almacenamiento de agua.

• Favorecen la captura de CO₂, reduciendo los efectos del cambio climático.

Regenerar como principio de sostenibilidad

La restauración de la tierra degradada no es una opción futura, sino una necesidad inmediata. Regenerar el suelo equivale a restaurar la vida, garantizar alimentos y promover paisajes productivos y sostenibles.

En New Value creemos que cada hectárea recuperada es un paso hacia un planeta más fértil, equilibrado y justo. Porque trabajar por un suelo vivo es trabajar por el futuro de todos.